Trinidad es una ciudad de calles empedradas y pequeñas casas en el centro de Cuba, ubicada entre el mar y la montaña (cerca al parque natural Topes de Collantes).
En nuestro viaje a Cuba en diciembre de 2012 pasamos cinco días en la ciudad, la idea inicial eran sólo tres, pero terminamos encantados con la tranquilidad y la alegría de sus habitantes.
Vista desde nuestra habitación
Llegamos a Trinidad desde la Habana en una camioneta "puerta a puerta". El precio era el mismo que en Viazul (la empresa estatal de buses de Cuba) pero venían a buscarnos a la puerta de nuestro alojamiento y nos dejaban en la puerta de la casa donde nos íbamos a quedar.
También nos lo habían vendido como "más rápido que el bus", pero estuvimos esperando a nuestro conductor por más de dos horas, luego nos regalo una hora más de paseo por la Habana recogiendo otros pasajeros. Al final, hay que reconocer que en Cuba nada puede ser rápido y da igual “estás de vacaciones, cero estrés brother” como se "disculpó" el chofer.
Día 1. Descubrir la villa de Trinidad
Trinidad es, por si sola, un gran atractivo. Perderse por sus callecitas empedradas (y destapadas de vez en cuando) es un espectáculo. Si la Habana para muchos es un viaje en el tiempo, Trinidad es un viaje a otra época, donde todo transcurre al ritmo del campo, lentamente.
Durante la historia, Trinidad ha tenido diferentes roles, épocas de gloria y épocas de decadencia.
Trinidad fue la tercera villa fundada por los españoles en Cuba. Tuvo una breve época de oro, literalmente, como puerto de escala del oro que se extraía (y que robaban corsarios y piratas) en otros lugares de América y que tenía como destino la península ibérica. Una vez terminó la fiebre del oro, Trinidad fue casi abandonada para ser recuperada posteriormente por la industria del azúcar. Uno de sus atractivos, el Valle de los Ingenios, es testimonio de esta época.
Como resultado de este sube y baja, Trinidad es ahora un pequeño pueblo donde las casonas y los palacetes se entremezclan con casas más humildes.
En Trinidad también descubrimos uno de los mejores restaurantes de Cuba, la Taberna Ochún Yemayá, sus dos anfitrionas nos introdujeron a la vida cubana contándonos muchas anécdotas y deleitándonos con sus platos, nos hicieron sentir en familia durante los cinco días en la ciudad.
Además, nos sorprendieron en nuestro último día en Trinidad cambiándonos el plato que habíamos pedido por el menú especial de navidad, al que nos pidieron que diéramos el visto bueno jeje. Ellas son sólo una muestra del calor humano del pueblo cubano.
Día 2. En bici al Parque el Cubano
Para disfrutar del lado montaña de Trinidad, en nuestro segundo día nos fuimos a conocer el Parque Natural el Cubano, ubicado a 7 kilómetros del centro de la ciudad.
Para llegar al Parque el Cubano, alquilamos un par de bicicletas por 3 CUC el día. El camino de ida es de subida, una pendiente no muy pronunciada pero se siente el esfuerzo. El recorrido transcurre entre el río Guaurabo y las plantaciones de los guajiros de la zona.
Una vez en el Parque “El Cubano”, tomamos un sendero llamado “huellas de la historia” donde se relata un poco el pasado colonial de la zona. El sendero tiene como punto culminante el Salto de Javira, una pequeña cascada en medio del bosque.
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Para bañarse hay que ser muy valiente, el agua es tan fría como la montaña desde donde baja.
Día 3. La playa Ancón
Al día siguiente tocaba descubrir la Playa Ancón, una de esas joyas escondidas del litoral cubano. Se puede llegar en bicicleta, en cocotaxi o en combi. Nosotros elegimos esta última opción, las combis salen desde el centro de Trinidad, sólo debes preguntar en alguna tienda o pizzería y te dirán la calle.
La playa Ancón cuenta con todo lo que esperas de una playa del caribe: arena blanca, sol radiante y un mar tranquilo y de aguas tibias. A esta altura del viaje, después de haber recorrido el Caribe mexicano, las playas no eran mi principal motivo de viaje, pero en playa Ancón la pasamos muy bien.
Hay poca infraestructura, sólo llegas a la playa, te buscas un lugar y pasas el día. Tampoco hay vendedores, ni gente que te moleste, así que la pasas tranquilo y relajado.
Estas son mis recomendaciones para un viaje de 3 días a Trinidad de Cuba, sin duda, se quedaron otros atractivos en el tintero: el parque natural Topes de Collantes o descubrir el Valle de los Ingenios en tren, sin embargo, estas serán razones para volver a Cuba.