París es una ciudad llena de lugares icónicos, que hemos visto en el arte, cine y revistas.
En cierta manera muchos pueden llegar a pensar que no hay más en París que dichos lugares. Sin embargo, la ciudad luz se encuentra plagada de lugares secretos, con historias interesantes y lo mejor es que los podemos recorrer en completa tranquilidad, son lugares que nos permiten dar un vistazo a una París más cotidiana.
Uno de estos lugares son las Arenas de Lutecia, lugar que me di a la tarea de descubrir hace unas semanas. Se trata de un anfiteatro galorromano en pleno corazón de París, en el Barrio Latino. Lutecia era el nombre romano de París ¿lo sabías? primer dato interesante de este recorrido.
Las Arenas de Lutecia fueron construidas durante el siglo I d.C, llegaban a acoger hasta 15000 personas y en ellas tomaban lugar piezas de teatro y combates romanos.
Para acceder a ellas, hay que llegar hasta la estación de Métro Place Monge, sólo a la salida de la estación ya hay una primera referencia a este monumento histórico de París, donde se explica que la estación fue construida para que nada más salir, sintieras como si estuvieras entrando a un Coliseo Romano.
Sin embargo, las dimensiones de las Arenas de Lutecia son bastante discretas y están lejos de recrear dicha “entrada heroica”. Lauriane ya me había advertido esto, sin embargo, tras un breve paseo por el parque me di cuenta que los atractivos de este lugar iban más allá que la simple curiosidad histórica y es que por primera vez podía ver una estampa de un “domingo parisino”.
Niños jugando futbol, donde antaño lucharon gladiadores; abuelos jugando al deporte nacional francés, la pétanque, y en general familias que salen a disfrutar de un tranquilo domingo de otoño. De vez en cuando un turista desprevenido curioseando que daba una vuelta, hacía unas fotos y se iba.
Al final, terminé pasando más del tiempo que tenía pensado en este lugar, pero sin duda valió la pena cada segundo. Sin duda, tenía mucha razón Víctor Hugo cuando se opuso a la demolición de las arenas para darle paso al ómnibus de París. “No es posible que Paris, la ciudad del futuro, renuncie à la prueba viviente de su pasado. El pasado nos lleva hacia el futuro, las Arenas son la marca antigua de esta gran ciudad”
Las Arenas de Lutecia conservan hoy mucho más que la historia antigua de París, son el lugar donde podemos asomarnos a la cotidianidad del, en vía de extinción, bon vivre parisien.