Después de visitar Guelatao, la tierra natal de Benito Juárez, seguimos subiendo la sierra de Oaxaca, esta vez nuestro destino sería Capulálpam, el pueblo mágico de Oaxaca.
Capulálpam de Méndez (porque todos los municipios de Oaxaca tienen apellido) es un pequeño pueblo enclavado en la Sierra Juárez. El autobús que nos llevó hasta ahí, nos dejó en la entrada del pueblo, muy cerca al Templo de San Mateo. Ya era tarde, así que decidimos ir directo a nuestro alojamiento, la casa de la abuela de Oscar, un buen amigo de la universidad, un lugar muy acogedor y la abuelita, una muestra de la amabilidad de la gente de esta población, siempre muy atenta con nosotros.
La casa se encontraba hasta arriba, arriba del pueblo, así que a paso lento del que disfruta el paisaje (y no tiene buen estado físico) comenzamos a descubrir sus hermosas calles y casas. Capulálpam es un sitio congelado en el tiempo, por sus calles parece que las horas se hubiesen detenido y todo hiciera parte de un museo en el que la mayor parte de sus habitantes de desplaza con lentitud y silencio. Es un lugar de descanso perfecto.
La paz en Capulálpam, por lo menos cuando fuimos en temporada baja , es sobrecogedora. Nuestra primera noche fue raramente silenciosa, acostumbrados al ruido de la ciudad. Desde nuestro alojamiento podíamos ver el pueblo casi dormir entre el frío de la sierra, lo único que osaba a interrumpir esa atmósfera de calma eran las campanas que anunciaban la misa.
A la mañana siguiente quisimos darle un toque de emoción a nuestro viaje, el plan fue ir a los Molinos, un centro recreativo donde se puede disfrutar del ecoturismo en la sierra de Oaxaca. Se encuentra relativamente cerca del pueblo, a unos 15 minutos en camioneta. Nosotros fuimos caminando para disfrutar de la naturaleza y del bosque de la sierra, pero el centro brinda el transporte gratuito.
Aunque caminando queda a aproximadamente 30 minutos y aún cuando el terreno es algo empinado en algunos tramos, no pudimos haber tomado una mejor decisión. Fue una caminata entre las mariposas del bosque, el sonido del río que baja de la sierra y el verde y café que se alternan en el paisaje de la Sierra Norte de Oaxaca.
El centro “los Molinos” ofrece diversas actividades: visita a cuevas, rutas de senderismo y una tirolesa, está fue nuestra elección. Aunque algo corta, 100 metros de largo y 30 de alto, le dio el toque de emoción a nuestra visita a Capulálpam. Luego de esto decidimos caminar por el bosque, realizamos un camino que iba paralelo a una riachuelo en medio de un paisaje bastante encantador.
En el bosque que rodea Capulálpam es posible ver gran cantidad de aves de la región, son muchas las rutas que se pueden hacer bien sea guiadas o por cuenta propia. Una de las más interesantes es la que se interna en el bosque hasta el mirador del Calvario, desde el mismo, es posible ver las minas que recuerdan el pasado labrado en piedra de la población, también cerca a la calle principal se puede ver el monumento al minero.
El pueblo mágico de Capulálpam es una buena opción para un viaje de fin de semana desde Oaxaca de Juárez, es ideal para aquellos que tienen bastante tiempo en su viaje por México, mezcla la paz y tranquilidad de un pueblo colonial, con la emoción y la aventura del hermoso bosque que lo rodea.