Oaxaca es, sin duda, una ciudad a la que debo más de un post. Viví cinco meses en ella y puedo decir que es uno de mis lugares preferidos de México (más exactamente del sur de México que es por el que me he movido en los últimos 10 meses). Visitar la ciudad de Oaxaca es experimentar el auténtico México, lejos del turismo de lugares como Cancún o San Cristóbal de las Casas, donde a veces lo mexicano pasa a un segundo plano.
Vivir en una ciudad te da una perspectiva muy diferente a la rápida visita de dos días u horas, en esta lista no aparecen los típicos lugares recomendados en las guías de viaje de la ciudad como lo son Monte Albán o la Iglesia de Santo Domingo, lugares que sin duda vale la pena visitar. Esta lista es más un recopilado de las cosas más disfrute de esta encantadora ciudad.
Comer una tlayuda de San Felipe
Confieso que soy un fan de la comida mexicana o de la llamada “vitamina T” (tortas, tamales, tacos y tlayudas). La mejor forma de disfrutar de estos deliciosos platos es en los puestos de comida ambulante (aunque muchos no lo recomiendan, después de tanto tiempo en el país nunca he tenido problemas). Y hablando de comida oaxaqueña, visitar Oaxaca y no probar su plato insignia es haber realizado el viaje en vano. La tlayuda es un tipo de tortilla típica de Oaxaca, su principal característica es su gran tamaño (es todo un reto poder comer una), a la tlayuda se le unta asiento (grasa de cerdo) y se rellena con quesillo (queso Oaxaca), verduras y algún tipo de carne (cecina, arrachera, tasajo…).
El mejor lugar para probar una tlayuda de Oaxaca es en “las tlayudas de San Felipe”, la primera vez que mis amigos me hablaron de este lugar, esperaba un restaurante, pero no, es un puesto de comidas en una de las calles de este barrio oaxaqueño. Allí preparan las mejores tlayudas de arrachera de la ciudad. Debido a la fama que tienen sólo basta con preguntar por ellas y sin duda le indicarán como llegar (no queda muy cerca al centro pero bien vale la pena el viaje. Mi recomendación es ir temprano en la noche (de 7 p.m a 9 p.m) ya que se acaban muy rápido.
Probar una nieve oaxaqueña de la Soledad
Uno de los lugares recomendados para visitar es la basílica de Nuestra Señora de la Soledad, una de las primeras construidas en América a finales del siglo XV. La edificación es muy llamativa y en su plaza central se puede disfrutar de variados espectáculos culturales. Sin embargo, más allá de la belleza de la edificación, la principal razón para visitar la basílica son los puestos de nieves que se ubican a un costado de su plaza.
Las nieves de Oaxaca son helados artesanales preparados de forma completamente natural, generalmente cuentan con sabores muy característicos como son: beso oaxaqueño o de ángel, leche quemada, tequila entre otros. Si quieres saber más sobre la historia de las nieves de Oaxaca puede visitar el Museo de las Nieves Artesanales Oaxaqueñas, ubicado en la Calle Macedonio Alcalá o “andador turístico” .
Ver la ciudad desde el Fortín
Y por último y dejando de lado un poco el tema de la comida. Un muy buen plan en un viaje a Oaxaca es subir al cerro del Fortín, mucho mejor si es caminando por las calles del barrio de Xochimilco, uno de los más lindos de la ciudad. Desde su mirador se puede apreciar una hermosa panorámica del valle donde se encuentra ubicada la ciudad de Oaxaca.
En este mismo cerro se encuentra ubicado el auditorio Guelaguetza, donde se realiza la principal fiesta étnica de América, este evento reúne las tradiciones de las ocho regiones de Oaxaca y es celebrado los dos últimos lunes de Julio.