Nabusimake, enclavado en la Sierra Nevada de Santa Marta, es el hogar de los indígenas descendientes de los Tayronas (Kogis, Wiwas e Ikas), es un centro de encuentro para los grupos que se asientan en la Sierra, no en vano se le conoce como la capital de la Sierra Nevada de Santa Marta.
La primera vez que supe de este sitio fue en un artículo de la revista Viajes y Aventuras, donde fue catalogado como uno de los pueblos más bellos de Colombia, unos días más tarde hizo parte de la travesía de Dominic Bonuccelli, fotoperiodista de la revista The Lonely Planet, por los caminos menos transitados del país. En dicho capitulo Bonuccelli le añadía un toque de suspenso al lugar, ya que según él habían muchas imágenes que se habían quedado fuera de lente ante la prohibición de las autoridades indígenas de realizar filmaciones a los miembros de la comunidad y a partes de la ciudadela.
Llegar a Nabusimake no es una cuestión fácil, primero se debe llegar a Valledupar, capital del departamento del Cesar (Noreste) y de ahí tomar un taxi compartido a Pueblo Bello. Una vez ahí comienza la verdadera aventura. La carretera que separa Pueblo Bello de Nabusimake es de poco más de 24 kilómetros. Sin embargo debido al mal estado de la vía, es un camino de herradura (terracería), el trayecto toma aproximadamente de dos a tres horas, en mi caso sólo fue poco más de una hora porque decidí hacerlo en moto, pero esto no es recomendable para personas con problemas de espalda.
Una vez que se alcanza Nabusimake todo los esfuerzos realizados tienen su recompensa, el pueblo se encuentra inmerso en una atmósfera de una paz y tranquilidad que no he sentido en ninguna otra parte. Sus campos verdes custodiadas por montañas nubladas hacen de Nabusimake el lugar perfecto para hacer una pausa, para dedicarse solo al pensamiento y la reflexión. Esta es la principal demanda de sus guardianes, los indígenas arhuacos, respetar el ambiente propicio para pensar, para lograr conexión con el cosmos y ser capaz de ser sensible a lo particular y a lo universal.
Gran parte de la cultura arhuaca, sobre todo lo referente a su mitología, ha sido tomada de sus hermanos mayores los Kogis, quienes se consideran hijos primigenios de la madre tierra y tienen por misión protegerla a través de la palabra y del pensamiento, intentando comprenderla. Por esto cuando se camina por Nabusimake, uno se encuentra inmerso en un mapa mitológico donde todo carga un significado importante, lo que obliga a ser muy cuidadoso de los lugares por donde se camina y aquellos donde se entra, sobre todo en la ciudad de piedra que es celosamente custodiada por los indígenas.
La ciudad de piedra, es un recinto amurallado que los indígenas arhuacos consideran la capital de la Sierra Nevada de Santa Marta o el lugar donde “nace el sol” significado de la palabra Nabusimake. En sus calles empedradas se encuentran un conjunto de casas y una iglesia, a la que no pude entrar por decisión de los indígenas. El conjunto es un testimonio vivo de la arquitectura precolombina de los indígenas de la Sierra Nevada que sin duda vale la pena visitar en un viaje a Colombia.