Lyon es la tercera ciudad más grande de Francia, se encuentra flanqueada por los ríos Ródano y Saona y es la puerta a los Alpes Franceses.
Hace rato que abandone la idea de correr por querer ver todos los atractivos de una ciudad. Este se trata de un recorrido, no exhaustivo, para disfrutar de la ciudad de Lyon.
Plaza de los Terreaux
Comenzamos nuestro recorrido en la Place des Terreaux, una de las más hermosas de Francia. La manera más fácil de llegar aquí es tomar el metro hasta la estación Hotel de Ville – Louis Pradel.
Esta plaza alberga tres de las grandes atracciones de Lyon: la alcaldía (Hotel de Ville), la fuente de Bartholdi y el Museo de Bellas Artes.
Es justamente la fuente de Bartholdi la que le da todo el encanto a la plaza, que sin dudas, recordará un poco a Roma a aquellos que hayan visitado la ciudad eterna. La plaza es el sitio ideal para disfrutar de un café o una copa.
Si se cuenta con tiempo, recomiendo visitar el Museo de Bellas Artes de Lyon, un pequeño Louvre con una colección de más de 1800 obras.
Alcaldía de Lyon (Hotel de Ville)
El Saona
No muy lejos de la Plaza nos encontramos el Saona, uno de los dos ríos que bañan la ciudad de Lyon. Si hay algo que me encanta de París son los paseos al lado del Sena, Lyon cuenta con dos, muy bien equipados para relajarse y disfrutar de la arquitectura de la ciudad.
Lyon cuenta con el centro histórico renacentista más importante del mundo después del de Venecia. Por esta razón fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.
Uno de los mejores momentos para visitar Lyon es durante la fête des Lumières, cuando todo el centro histórico de Lyon se llena de luces y espectáculos. La fiesta tiene lugar todos los años durante cuatro días a partir del 8 de diciembre. Es como una noche de las velitas colombiana pero a la francesa.
Atravesamos la Pasarela de San Vicente, aprovechamos también para tomar las últimas fotos del río y nos internamos en el Vieux Lyon
El Viejo Lyon
Con lo primero que nos encontramos es con la iglesia de San Pablo y las estaciones de tren y tranvía de la ciudad. El Viejo Lyon es la zona medieval de la ciudad, se encuentra entre el Saona y la colina de Fourvière.
El Vieux Lyon es un laberinto de pequeñas calles llenos de restaurantes y tiendas de arte, sin duda, un lugar para perderse tanto de día como de noche. Aunque yo no encontré ninguno, en el viejo Lyon se pueden visitar los famosos traboules, pasadizos “secretos” entre patios y escaleras que fueron utilizados durante la invasión Nazi por la resistencia francesa.
La Colina de Fourvière
Caminando por el Viejo Lyon llega un momento en que las calles se empiezan a empinar hacia la Colina de Fourvière.
La colina alberga las dos atalayas de la ciudad de Lyon: la Basílica de Notre Dame y la Torre de Fourvière, imposible no hacer una pequeña comparación con el Sagrado Corazón de París y la Torre Eiffel.
Es necesario remontar cientos de escalones y hacer un pequeño esfuerzo para coronar la cima de la Colina, justo a los pies de la Basílica. Una vez arriba, las vistas valen mucho la pena.
No perdemos oportunidad para visitar el interior de la Basilica de Fourvière.
La Basílica fue construida al final del siglo XIX para inmortalizar el triunfo de los valores cristianos sobre los socialistas de la comuna de Lyon.
Teatro Romano de Fourvière, cuando Lyon fue Lugdunum
A unos cinco minutos bajando desde la Basílica encontramos el Teatro Galo-Romano de Lyon. Un vestigio de la antigua Lugdunum, la capital de las tres galias romanas.
La visita al Teatro es gratuita y todo su alrededor ha sido convertido en un parque, sin dudas, un sitio ideal para relajarse un poco después de la subida a la colina. Desde aquí también se pueden conseguir buenas panorámicas de la ciudad de Lyon.
Catedral de San Juan de Lyon
Finalmente descendemos de la Colina de Fourvière en dirección a la Catedral de Lyon, final de nuestro recorrido por la ciudad.